La joven de las naranjas, de Jostein Gaarder




"Mi padre murió hace once años, cuando yo sólo tenía cuatro. Creí que no volvería a saber nada de él, pero ahora estamos escribiendo un libro juntos. He aquí las primeras líneas:"






 La joven de las naranjas es una novela para adolescentes llena de filosofía, humor, y amor. Un padre moribundo le escribe una carta a su hijo, contándole la historia de su primer amor en forma de novela de aventuras, llena de suspense y misterio.

Lo que más me ha gustado de este libro es que podemos leer los pensamientos y los sentimientos tanto del padre como del hijo, hay dos voces y formas de pensar diferentes.

Hay mucha filosofía en esta novela. Por ejemplo, el padre, mientras escribe la carta se mueve en dos tiempos: Por un lado, su hijo de tres años está a su lado, jugando en el suelo. Pero por otra parte, él escribe para el niño de catorce años que nunca conocerá, tiene que escribir para un lector futuro que no sabe qué tipo de persona será.

El adolescente que lee la carta no tiene recuerdos de su padre. Sabe de él lo que su madre y sus abuelos le han contado, ha visto fotografías, pero no recuerda ningún momento que hayan vivido juntos, por más que lo intenta. Y además, cuando lee lo triste que se sentía el padre mientras le escribía, no le parece bien tener que cargar con ese peso. Si todo el mundo se hundiera en cartas de sus padres y antepasados muertos, no seríamos capaces de vivir nuestras propias vidas.


Pero hay algo que padre e hijo tienen en común: a ambos les interesa mucho la investigación espacial. Como escribe el padre:
"El telescopio Hubble ha obtenido unas fotografías increíbles del pasado del Universo". 
Hay continuas referencias a las estrellas y el telescopio, que sirven de nexo de unión entre los dos, y consiguen que el hijo se sienta más cercano al padre.

Sin embargo, el tema principal de la carta, y de la novela, es la joven de las naranjas, el primer y único amor del padre. Nos la presenta así:

"Supe con toda certeza que jamás olvidaría a esa chica. No sabía quién era, ni cómo se llamaba, pero desde el primer momento ejerció sobre mí un inquietante poder. "

El padre se cruza con esa joven misteriosa durante un trayecto en tranvía, y pasa meses intentando encontrarla. La busca por toda la ciudad, y consigue encontrársela casualmente dos veces más. Pero nunca pueden hablar, así que se dedica a inventarse todo tipo de historias sobre ella, a fantasear con quién será y cómo será su vida. En el tercer encuentro, por fin, ella le dice que si es capaz de esperarla seis meses, después podrán estar juntos, pero no desvela el misterio.


De hecho, casi hasta el final de la historia no sabremos quién era esa joven ni por qué iba siempre con una bolsa de naranjas. Y eso da pie a la magia de la fantasía. El padre ve a a su amor como un hada venida de otro mundo, donde rigen otras reglas, y habla de ella de una forma muy bella. El hijo, por su parte, también es sensible a la belleza. Cuando habla de la música de Beethoven también lo hace con mucho sentimiento. Ahí vemos la segunda conexión con el padre.

Inevitablemente, en la carta hay reflexiones sobre la vida y la muerte:
"No me digas que la naturaleza no es un milagro. No me digas que el mundo no es un maravilloso cuento. Quien no lo haya entendido, tal vez no lo haga hasta el momento en que el cuento este a punto de acabar. Pues es cuando te dan la última oportunidad de frotarte los ojos de asombro, una última ocasión de entregarte a este milagro del que ahora te despides y al que vas a abandonar."
Pero el padre no escribe la carta sólo para despedirse. También quiere hacerle una pregunta a su hijo. Porque la vida es corta, el milagro se acaba. Y se siente culpable al saber que, junto con la vida, inevitablemente le ha dado a su hijo también la muerte. Entonces le pregunta: ¿Prefieres una breve vida, sabiendo que se acabará, o preferirías tú también no haber nacido nunca?

Las reflexiones del hijo para encontrar la respuesta a esa pregunta son muy interesantes, he disfrutado mucho con su lectura.



Aunque trata temas serios, esta novela está escrita de forma sencilla, la lectura es fácil y amena. Hay frecuentes momentos de humor, y los tiempos se intercalan de forma muy efectiva. Entre los fragmentos de la carta de su padre y sus propias reflexiones, el hijo nos habla también de su vida, su familia, su padrastro y su nueva hermanita. La vida sigue, para todos, han conseguido volver a ser felices. Ese es otro de los mensajes positivos de la historia.

En resumen, La Joven de las Naranjas me parece una lectura muy recomendable, tanto para adultos como para adolescentes. No sólo porque te hace pensar, sino sobre todo porque te lo pasarás bien leyéndola.

¿Qué opináis vosotros? ¿La habéis leído? ¿Os parece interesante? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido, hasta la próxima reseña. Hasta entonces, ¡disfrutad de la lectura!

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