Mariquita - Juan Naranjo



Mariquita
es un cómic autobiográfico que resulta desgarrador por momentos, aunque está escrito con mucha sensibilidad.
 La historia empieza en 1989, cuando el autor tenía seis años y alguien le llamó "mariquita" por primera vez. Nos gusta mucho la reflexión que acompaña a esta parte:

«Gay es un hombre que quiere mantener relaciones sexuales y/o sentimentales con  otros hombres. A los seis años yo aún no quería ni una cosa ni la otra, era solo un niño. Pero el mundo ya me había catalogado como diferente...»

A lo largo de las siguientes páginas, Juan Naranjo explica el tormento y el acoso que sufrió.

No solo en la escuela, sino también por parte de su propio padre, que estaba decidido a transformarlo en un "hombre de verdad" a cualquier precio. 
Una de las partes más emocionantes y duras de esta novela gráfica es la que describe la atmósfera de silencio y terror que reinaba en su casa, y el inmenso sufrimiento de su madre. Eso distingue a esta obra de los otros cómics LGTB que hemos reseñado últimamente. 


Mariquita también nos cuenta la historia reciente de España. Es muy doloroso pensar que hace tan solo treinta años la violencia doméstica, el trabajo infantil y los abusos sistemáticos se consideraban algo normal. Pero así era, y es importante que no lo olvidemos. 

La llegada de la adolescencia significó un cambio importante en la vida de Juan. 

El cómic nos describe su primer amor, cómo descubrió el sexo, y su confusión respecto a su futuro laboral. Lo que nos encanta de esta parte es que el protagonista tenía muy claro que el camino a la libertad pasaba por la educación. Es muy bonito cómo la literatura fue para él un salvavidas, y la cultura una forma de ascenso social. 


Los años de universidad es la parte más alegre y esperanzada del cómic. 

A finales de los años 90 la sociedad ya era más tolerante, y en muchos ámbitos Juan podía expresarse libremente. Sin embargo, todavía tenía que enfrentarse a una prueba decisiva: salir del armario con su familia. Esa escena es impresionante.

Lo único que no acaba de gustarnos del cómic es que el dibujo es muy infantil, también en la parte que habla de la edad adulta. Aunque la imagen final, en la que se encuentran el Juan adulto y el niño es muy bonita. 

En resumen, Mariquita es una novela de formación.

Nos muestra cómo un niño maltratado y con pocos recursos consiguió superar sus traumas, reclamar su independencia y defender su derecho a ser él mismo, gracias al arte, la ciencia y sus estudios. 


También es un homenaje a las artistas que ayudaron a empoderarse a tantos homosexuales de aquella época, que no se atrevían a salir abiertamente del armario, pero sí a decir que les gustaba Mónica Naranjo, por ejemplo. Y un bonito reconocimiento al amor de su madre y sus tías. 

A nosotros nos ha gustado muchísimo porque es brutalmente sincera y nos parece un retrato perfecto de un barrio obrero de la España de los 90. Pero la recomendamos sobre todo por la gran sensibilidad con la que está escrita, y lo fácil que es empatizar con el protagonista. 

Por una parte, es esperanzador ver cuánto hemos avanzado. Por otra parte, tenemos que recordar que esos cambios son muy recientes, y todavía hay muchos retrógrados que no los aceptan. Por eso son tan necesarias las obras valientes y honestas como Mariquita. 








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